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Cuando era niño, mi abuela solía hacer estos regularmente. Finalmente encontré una receta que me recordó a la suya.

  1. Precalienta el horno a 350°F (175°C).
  2. En una cacerola mediana, mezcla el azúcar, el almidón de maíz y la sal. Revuelve gradualmente el agua y el jugo de limón hasta que esté suave. Agrega la mantequilla y coloca la cacerola a fuego medio. Cocina, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla espese y comience a hervir. Hierve durante 1 minuto y luego retira del fuego.
  3. En un bol pequeño, bate las yemas de huevo batidas. Gradualmente, bate alrededor de 1 taza de la mezcla de limón caliente hasta que esté bien combinada. Vierte la mezcla de yema de huevo nuevamente en la cacerola con la mezcla de limón restante, revolviendo constantemente. Vuelve al fuego y lleva a ebullición suave. Cocina y revuelve durante otros 2 minutos.
  4. Retira del fuego y agrega la ralladura de limón. Vierte el relleno de limón en la corteza de pastel pre-horneada y reserva.
  5. En un bol, bate las claras de huevo y el cremor tártaro a velocidad media hasta que se formen picos suaves. Agrega gradualmente el azúcar, batiendo a alta velocidad hasta que se formen picos firmes. Coloca el merengue sobre el relleno de limón caliente, extendiéndolo hasta los bordes para sellar el pastel.
  6. Hornea durante 12-15 minutos o hasta que el merengue esté dorado. Deja enfriar completamente en una rejilla antes de servir.
  7. Corta, sirve y disfruta de cada bocado delicioso del Pastel de Merengue de Limón de la Abuela. Disfruta del relleno de limón cremoso y del merengue ligero y aireado que hacen de este postre realmente inolvidable.

Esta receta es más que un postre: es un vínculo con el pasado y una oportunidad para crear nuevos recuerdos. Ya sea en una celebración de días festivos, una reunión familiar o simplemente como un capricho para ti mismo, el Pastel de Merengue de Limón de la Abuela es un recordatorio del amor y la alegría que se pueden compartir a través de un plato humilde pero extraordinario. Créeme, una vez que lo pruebes, entenderás por qué esta receta merece la pena guardarla y hacerla una y otra vez.